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En el campo educativo, tengo la posibilidad de contribuir con la formación de seres dispuestos a descubrir el mundo de diferentes maneras. Comprendiendo que cada persona tiene una esencia única la cual se debe cuidar.
Me considero una persona dulce, empática y servicial. Subir montañas y tomar té, me recargan de energía para seguir mi camino de enseñanza y aprendizaje, ya que ambos están conectados.
Disfruto de las cosas pequeñas y simples de la vida, como la suavidad del viento, el sonido de una cascada, el brillo del sol, el verde de la montaña y los colores que nos regala la naturaleza.
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