Creo en la palabra porque con ella me fue dado el universo, fue la palabra la que hizo la luz y hacia ella deseo orientar mi vida a través de las letras, la sensibilidad y la creación de comunidad. La palabra nos ha dado la literatura, la poesía y la cultura, y con ellas, la forma de conservarlas hasta nuestros días.
Creo en la educación porque brinda posibilidades de ser, porque nos permite analizar de manera crítica nuestro actuar y las condiciones del mundo en que existimos, para desde allí pensar en maneras de transformar nuestro entorno más inmediato, comprender la diversidad y ser cada vez un poco más humanos. Como maestra, me considero una eterna aprendiz, porque creo que el conocimiento, la luz, es una construcción colectiva y que cada uno tiene capacidad creadora de realidades desde su palabra.
