Pienso que educarse es un acto de generosidad; es hacer que nuestra identidad desborde aquello que alguna vez creímos que era nuestro destino. Es así que he hecho de este pensamiento una ruta para acompañar vidas más generosas, amplias y plurales. A veces escribo cuentos que se vuelven ensayos: en los mundos posibles que tenemos por pensar están latentes los caminos de los propios porvenires. La ficción es una forma para el conocimiento de sí.
De grande me encontré con la pedagogía y pensé en ella como la forma de sanar la propia relación con el conocimiento, la experiencia me ha demostrado que esta sanación nos hace tener relaciones con nuestra tierra, nuestra familia y amigos mucho más conscientes. Me encanta la ciencia ficción, las conversaciones desprevenidas y añejar amistades.